Estos días son los últimos para Mikel, que ya le toca volver a Donosti.
El padre de Muñe es un apicultor muy aplicado.
Estas abejas hacen una miel excelente, como hemos podido comprobar.
No perdemos ojo a las explicaciones, aunque las obejas que nos rondan nos ponen un poco nerviosos.
Este humo que veis, no es para hacer brujeria, es para que se tranquilicen las abejas, que en días nublados estan más nerviosas.
La familia Bustos de nuevo nos vuelve a acoger muy bien y nos invitan a comer. Con esto nos despedimos de Mikel, que vuelve a Donosti. Nosotros seguimos hacia el norte de Chile con intención de llegar a Bolivia.
¿Hola! a mis queridos y respetados reporteros, quedan pocos días para el cumple de vuestro viaje, FELICIDADES, ¿cómo os encontraís después de esta bonita aventura?, conociendo nuevos mundos, con sus culturas diferentes , religiones, costumbres, naturaleza, a estas alturas vuestro nivel cultural tiene que ser muy extenso, mirad sois parte de la Enciclopedia Universal, he visto la página de las abejas muy way, bueno estaís aprendiendo de todo, sois unos genios, ¿dónde paraís ahora?
ResponderEliminarcielos hasta pronto, besos....abrazos, se despide el EMISARIO,. Aquí el tiempo es muy frío bajo 0
Genial entrada, Yulen. A mí me gusta estas cosas tanto como las otras (la gente que vais conociendo como los lugares que vais viendo).
ResponderEliminarComo dice EL EMISARIO, vuestro acerbo actual es inmensamente mayor que el que teníais al empezar el viaje. Y no digo nada la cantidad de gente que habréis ido conociendo.
Yo recuerdo que Dharamsala también compré miel de panal. Un tío la traía y la vendía en botellas de 7up. Empezó pidiendo 150 rupias la botella y al final me la dejó en 70. Y los 15 días me desayunaba con pan recién hecho de las chicas de la cooperativa, sus mermeladas y esta miel.
Un abrazo y un besote, de otro fiel seguidor que ahora sí puede estar al día.